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sábado, 18 de septiembre de 2010

LEER NUESTRA HISTORIA CON LENTES BÍBLICOS Y CRISTIANOS (…O CÓMO LEVANTÓ YHVH AL LIBERTADOR)

LEER NUESTRA HISTORIA CON LENTES BÍBLICOS Y CRISTIANOS (…O CÓMO LEVANTÓ YHVH AL LIBERTADOR)
Leopoldo Cervantes-Ortiz
12 de septiembre, 2010
 
[Moisés] Consideró que compartir los sufrimientos de aquel pueblo mesiánico era mucho más valioso que todos los tesoros de Egipto, teniendo como tenía su mirada fija en la recompensa.
Hebreos 11.26, Traducción Interconfesional
 
1. La gesta liberadora, esfuerzo divino de concientización del pueblo
El preludio de la acción liberadora del Dios de los Padres y Madres Antiguos/as se encuentra resumido en Éxodo 2.23-24. Allí, se dice claramente que al morir el rey de Egipto (primera parte: un cambio de régimen y coyuntura posible para comenzar la lucha), “los israelitas seguían esclavizados, quejándose y lamentándose” (segunda observación: que refuerza lo dicho desde el cap. 1), y que “desde la esclavitud sus gritos de dolor llegaron hasta Dios”, quien al oír su gemido, “se acordó de la alianza que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob”. La nueva acción divina se anuncia en el v. siguiente: “Y viendo a los israelitas tuco conocimiento del trance por el que estaban pasando”. Éx 3, entonces, puede ser leído como el primer paso de concientización llevado a cabo por el Dios que se manifestaría como YHVH para liberar al pueblo, de manera integral, de la situación opresiva. Para ello, desplegaría una serie de acciones previas que posibilitarían la participación del pueblo, mediante una estrategia de asociaciones múltiples, en el proceso que conduciría Moisés. En otras palabras, el relato está construido de tal forma para mostrar cómo el Dios de los Padres y Madres Antiguos/as retomaría los lazos con este pueblo y se reencontraría con él en el desierto para restablecer la alianza y relanzarla hacia la construcción de una “comunidad alternativa” opuesta a la mentalidad monárquica que las tribus conocieron y sufrieron en Egipto.
Para tal fin, tenía que levantarse y consolidarse un liderazgo centralizado en una persona que estuviera consciente de todas estas cosas y, al mismo tiempo, tuviera las calificaciones adecuadas para conducir la lucha de Dios contra el imperio egipcio. Paradójicamente, esa persona, más allá de cualquier elitismo a ultranza, fue educada y formada por el mismo sistema al cual combatiría, es decir, que Moisés debía experimentar una auténtica conversión para alcanzar el grado de conciencia que Dios esperaba para estar a la altura de las circunstancias. De ahí que el famoso episodio de la zarza ardiente deba ser leído como un momento decisivo e insustituible en las aspiraciones populares para detonar la lucha liberadora. La voz que brota de la zarza identifica a Moisés por su nombre y presenta la separación obligada entre lo sagrado y lo profano: es una auténtica teofanía, en la que el espacio del monte Horeb se convirtió en territorio sagrado y, por lo tanto, en un lugar de relación entre la trascendencia divina y la transitoriedad humana. Luego de su presentación como el Dios antiguo, éste pasa a las explicaciones sobre su decisión de actuar en la historia a través de él (3.7-10). Y ante la reticencia del elegido para dirigir esa labor (v. 11), Dios le anuncia una señal.
Inmediatamente después aparece la solicitud del nombre divino para usarlo, en el mejor sentido del término, como estandarte de la lucha a realizar (vv. 13-14). La respuesta es un “nombre dinámico”, es decir, un apelativo que se desvelará a medida que avance la lucha contra el poder monárquico del Faraón. Según Adolf Exeler, quien explica el nombre “Yo soy” (o “Yo estoy”) a la luz del segundo mandamiento, este nombre concentra cuatro grandes afirmaciones que se complementan entre sí:
 
·       “Yo estoy con vosotros de tal modo que siempre podáis contar conmigo…” (fidelidad);
·       “Yo estoy con vosotros de tal modo que tengáis que contar conmigo cuando y como yo quiera” (inmanipulabilidad);
·       “Yo estoy con vosotros de tal modo que únicamente vosotros debéis contar conmigo como el que puede estar cerca para salvaros” (exclusividad);
·       “Yo estoy con vosotros de tal modo que mi cercanía no conoce fronteras espaciales, temporales o institucionales” (ilimitación).[1]

domingo, 5 de septiembre de 2010

La Iglesia emergente y América Latina

La Iglesia emergente y América Latina

Varias tareas que la Iglesia había dejado pendientes, ahora varias iglesias las están retomando y de maneras nada convencionales, los jóvenes, juegan un papel vital...

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La 
Iglesia emergente y América Latina Desde hace tiempo albergaba las ganas de conversar con René Padilla (1) sobre el tema de la iglesia emergente. Así que aproveché mi viaje a Brasil a Litt World (Congreso mundial de Publicadores y Escritores Cristianos) y platiqué con él, y con otros amigos, sobre el mencionado tema.

René está muy cercano a esos conceptos. Primero, porque lleva muchos años promoviéndolos. Segundo, acompañó en septiembre de 2006 a Brian Mclaren (2) en una gira por varios países latinoamericanos. Tercero, porque publicó el libro de McLaren,  «Más preparado de lo que piensas: la evangelización como danza en tiempos posmodernos.»Cabe preguntar si el cambio a una iglesia contextualizada en nuestro continente ha llevado también a una completa contextualización del culto. Algunos principios
En Estados Unidos el movimiento de la iglesia emergente está motivando la formación de iglesias alternativas para el cumplimiento de la misión cristiana integral. La iglesia emergente no se ve como una iglesia institucional o como un club donde los miembros deciden si los miembros deben asistir a sus reuniones vestidos formalmente. Tampoco creen que deben estar aislados de la sociedad.

El énfasis de la iglesia emergente está en la creación y desarrollo de una comunidad que vive inmersa en su contexto, que adecua sus métodos de evangelización a la cultura sin perder de vista su misión y su fidelidad al evangelio.
Aunque estos conceptos son nuevos en Norteamérica, en América Latina se están practicando desde tiempo atrás. Alejando Pimentel, director de Editorial Desafío de Michigan, me comentó: «El concepto del evangelio contextualizado se está promoviendo y practicando en el continente desde la década de los setentas».

Para validarlo, René Padilla me expresó que McLaren le compartió que años atrás había leído libros de la Fraternidad Teológica Latinoamericana sobre este tema.
Por eso no resultó extraño que durante la visita de McLaren a varios países de América Latina, después de su presentación, René Padilla explicara cómo estos conceptos se contextualizan en el continente.

El cambio del «póngase de pie… siéntense»

Nadie puede negar que la Iglesia en el continente no es la misma del pasado. Los pentecostales, las iglesias carismáticas y las históricas están cambiando.
Pero el cambio no se observa sólo en la música, sino también en su teología y cómo se ve a la Iglesia en la sociedad. Aunque algunos cambios teológicos resultan extraños y cuestionados (como el de la teología de la prosperidad) no cabe duda de que la contextualización de la Iglesia le da un balance a esos cambios.

Sin embargo, cabe preguntar si el cambio a una iglesia contextualizada en nuestro continente ha llevado también a una completa contextualización del culto. La actualización de la liturgia es algo más allá del cambio de himnos y coritos por música de adoración y alabanza. Es más que el cambio del órgano por el piano electrónico, y la batería, y el bajo. Es más que el cambio de un director de coritos por un grupo que dirige la adoración. El cambio que se observa en la liturgia a veces puede escandalizar a los creyentes acostumbrados al «póngase de pie… siéntense».

Cómo se está implementando


El concepto de la iglesia contextualizada se está implementando como evangelización fresca y diferente. Una que no se limita a compartir textos bíblicos básicos sobre la condición del hombre y la necesidad de Dios para controlar su vida, sino que dialoga, reflexiona y responde. Se enfatiza en el sacerdocio de los creyentes, en el que las necesidades espirituales no son las únicas y que la Iglesia también debe atender al ser humano en su totalidad, incluyendo necesidades físicas, emocionales y materiales. Se presenta el evangelio no como un libro de recetas, sino como un mensaje para esta sociedad.McLaren ilustra la relación de la Iglesia y una persona que no es creyente con una clase de baile. Por ejemplo, en México, algunas iglesias y ministerios lo practican como «Armonía», que es un movimiento de ayuda y servicios a la comunidad en el cual la iglesia constituye el centro de donde salen las ayudas. Según René, «estos presentan una manera distinta de hacer ministerio en la sociedad en la que vivimos».

La visita de Mclaren y su efecto


Cuando Brian McLaren visitó México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Chile Argentina y Costa Rica, la Fundación Kairós y la Fraternidad Teológica Latinoamericana consultaron a los locales sobre los temas que preferirían que se cubrieran.

McLaren presentó unos diez temas en sus conferencias y, según René, los líderes de esos países escogieron mayormente temas relacionados con la evangelización en la era posmoderna. «Para mi sorpresa solo un país escogió el tema de la liturgia, en el cual la iglesia emergente muestra un rostro menos tradicional», señaló Padilla. Los temas cubiertos fueron: «Iglesias emergentes en EE.UU.», «Diálogo con las eclesiologías latinoamericanas», «La evangelización en tiempos posmodernos», «Facilitadores juveniles en tiempos posmodernos», «El lenguaje bélico en la evangelización», «La evangelización en tiempos posmodernos» y «Lenguaje político y lenguaje espiritual después del 11 de septiembre».

La manera en que desarrollaron cada evento fue la siguiente: McLaren hablaba sobre el tema y luego René Padilla los contextualizaba a la situación de la Iglesia en América Latina.
Una joven cubana residente en Costa Rica me comentó que lo que más le llamó la atención fue el concepto que aparece en el libro Más preparado de lo que piensas: la evangelización como danza en tiempos posmodernos. Según ella, en el que McLaren ilustra la relación de la Iglesia y una persona que no es creyente con una clase de baile. El cristiano enseña al otro a bailar. Este libro propone un estilo de evangelización que toma muy en serio la participación activa tanto del evangelista como de la persona a quién se le comunica el evangelio.
Concibe la evangelización como un diálogo cara a cara —como una danza o un baile— en que cada uno de los participantes se ocupa de sus propios movimientos a la vez que de los movimientos del otro.

El que guía al que aprende puede manipularlo, moverle las manos, forzarlo a mover los pies al ritmo de la música o, sencillamente, servir de facilitador para que la persona escuche la música de Dios y «baile» a su ritmo. Esa líder concluyó: «Todavía nos falta mucho por aprender y practicar estos conceptos en la iglesia».
Conclusión

Los conceptos del movimiento de iglesias emergentes no son nuevos en el continente. Sin embargo, en los Estados Unidos los practican con algunos elementos nuevos como el misticismo y la contextualización de la liturgia. La iglesia del siglo XXI no puede ser la misma de otros siglos. Necesitamos ver si la contextualización de la Iglesia en nuestro continente transforma todas las áreas del servicio de la Iglesia y no sólo la de su función en la sociedad en que vivimos.

Notas al pie
(1)
Creció en Ecuador y Colombia, estudió en Inglaterra, y actuamente vive en Buenos Aires, Argentina. Es uno de los fundadores de la Fraternidad Teológica Latinoamericana y de la Comunidad Kairós (Presidente emérito de la Fundación Kairós y director de Editorial Kairós. La Fundación Kairós es una agencia de servicio cristiano que facilita la reflexión sobre y la práctica de la misión integral como tarea de la iglesia local). También promueve en Argentina la red Miqueas.
(2) Líder de la iglesia emergente en Estados Unidos. Lea la entrevista a McLaren en páginas 20 a 23 en este mismo número de Apuntes Pastorales.